
Esta tarta la hice (con todo mi amor, cariño y mi trabajo) para un cumpleaños del Goblin hace unos años pero me costó tanto trabajo que aunque no quedó demasiado bien, la tengo en la memoria con mucho cariño y siempre me recuerda cuanto se pueden llegar a complicar las cosas que parecen sencillas.
Es simplemente un bizcocho relleno de crema pastelera de naranja y cubierto con pasta de azúcar o fondant.

Ponemos las cuerdas y los trastes (de fondant) y las notas musicales (de chocolate).
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